Entonces tendremos la combinación perfecta.
Además de eliminar los tóxicos que entran en nuestro cuerpo al beber, ayudamos a nuestro organismo a combatir el exceso de oxidación, los radicales libres.
Esto permite la regeneración correcta de nuestras células y alivia o elimina numerosas dolencias con las que convivimos cada día y para las que tomamos pastillas innecesarias en muchas ocasiones.
A todos nos llegarán los males pero si preparas a tu cuerpo para el combate, tendrás muchas más posibilidades de superarlos sin mayores consecuencias.
El elemento químico más simple que existe y que es capaz de resolver el exceso de oxidación de nuestro organismo es el Hidrógeno.
El Hidrógeno “atrapa” el exceso de oxígeno y convierte el resultado en agua (H2O).
El Hidrógeno siempre lo hemos tenido ahí pero hasta hace relativamente poco tiempo no se han realizado los estudios necesarios para verificar que se puede consumir sin ningún riesgo y que es la mejor manera de conseguir “un cuerpo alcalino”.
La buena noticia es que la tecnología actual ya resuelve todo lo que estamos explicando:
Filtrar correctamente el agua, garantizar el contenido en minerales imprescindibles, osmotizar para prepararla para el tratamiento de hidrogenización e hidrogenizarla.
Para hidrogenar correctamente el agua, antes hay que hacer antes la osmosis que elimina los químicos tóxicos.
Existen máquinas que añaden hidrógeno pero no realizan un correcto filtrado previo por lo que están mezclando Hidrógeno con otros químicos, provocando que no tenga efecto la el tratamiento del agua.
¿Quieres saber más sobre cómo beber agua de la mejor calidad, con los nutrientes necesarios para el organismo y que aporte más antioxidantes que si estuvieras todo el día comiendo frutas y verduras?