¿Es posible que nos estemos intoxicando lentamente a través del agua que bebemos?
¿Tú también usas una jarra para filtrar el agua del grifo?
Esto mejora su sabor y reduce la cal.
¡Bien!, ya has dado un pequeño paso y estás bebiendo agua ligeramente mejorada.
¿Prefieres beber agua embotellada porque es más saludable?
Bueno, el agua del grifo contiene residuos sólidos que arrastra en el trayecto de las tuberías hasta que llega a tu vaso pero, además, contiene alrededor de 100 productos químicos añadidos para hacerla potable.
Sin embargo, el agua embotellada contiene aún más químicos con el objetivo de preservarla más tiempo, hasta 3 años según la fecha de caducidad indicada en los envases, y podría durar indefinidamente si no fuera porque tanto el plástico como el cristal de la botella terminan degradándose y mezclándose con el agua en pequeñas partículas.
Gracias al proceso de potabilización que se utiliza para toda el agua de consumo humano, cada vez más rincones del mundo tienen acceso a un agua segura, se eliminan epidemias y enfermedades que habitualmente se transmiten por el agua no tratada.
Pero, al potabilizar el agua, le añadimos químicos que introducimos en nuestro organismo cada vez que bebemos.
Éstos han sido añadidos en proporciones “seguras” para la media de la población.
Sin embargo, no todos los cuerpos tienen la misma tolerancia y pueden producir molestias u otros problemas de salud que pasan desapercibidos porque se los achacamos a otras cosas, ya que nadie piensa que pueda ser el agua, y porque estamos acostumbrados a sufrirlos de manera cotidiana.
¿No crees que el agua potable tenga tantos químicos?...
Se trata de una información pública que encontrarás en el Boletín Oficial del Estado («BOE» núm. 50, de 27 de febrero de 2013, páginas 15867 a 15878) donde se recoge el Real Decreto 140/2003 del 7 de febrero por el que se establecen los criterios sanitarios del agua potable para consumo humano.
El agua potable contiene compuestos tóxicos para nuestro organismo en porcentajes autorizados legalmente.
La ingesta prolongada de estos tóxicos a bajas dosis, desemboca en graves enfermedades.
Esta manera de intoxicarnos es mucho más potente y permanente que la exposición a altas dosis con menor frecuencia.
Es decir, es mucho peor tomar poco veneno durante mucho tiempo que mucho veneno en poco tiempo, siempre que te mantengas con vida, claro.
Análisis certificados de agua potable corriente han revelado que contiene:
Cloro, arsénico, plomo, mercurio, derivados del petróleo, plaguicidas, pesticidas, microplásticos, microcistinas y trihalometanos.
Todos son venenos bastantes conocidos pero, éstos dos últimos son la fuente de problemas que van desde reacciones alérgicas hasta modificaciones hormonales que generan esterilidad en todos los animales macho, también en los hombres.
Pero como no somos químicos para entender todo lo que ahí se explica, puedes comprobarlo en tu casa realizando este sencillo experimento que revela la realidad que se esconde en el agua que consumimos.
Consiste en aplicar una descarga eléctrica al agua. Este proceso se llama electrólisis y sirve para separar los compuestos del agua a través de la electricidad.
Puedes comparar agua comprada en botella con agua corriente del grifo, por ejemplo:

Una vez que la electrólisis ha descompuesto el contenido del agua, se aprecian distintos colores.
Éstos serán distintos en cada casa y para cada marca de agua.
Los tonos azul verdoso son químicos y biocidas, los amarillentos, residuos sólidos y los negros son metales pesados.
Observa el vapor de agua en el cristal. Si se calienta es porque contiene metales.
En este caso, la del grifo se calentó más pero ambas generaron vapor.
¿Has sufrido alguna vez diarrea, dolor de cabeza, estreñimiento, gastroenteritis, nauseas, colon irritable, ardores y dolor de estómago, lengua blanca, disbiosis intestinal,
problemas digestivos, heces y pedos con olor especialmente desagradable, problemas en la piel como
dermatitis, caspa
picores y eczemas,
alopecia, caída del cabello, artrosis, artritis, dolor en las articulaciones en general, colesterol, hipertensión, esterilidad provocada por alteraciones hormonales, inmunodepresión, daños neurológicos,...?
Todos estos problemas pueden estar provocados o acentuados por una alimentación incorrecta, por bebidas alcohólicas, consumo de tabaco, drogas, refrescos y también por el agua que consumes a diario, algo que no solemos tener en cuenta.
El problema se genera porque estamos oxidando nuestras células y generando exceso de radicales libres que aumentan incluso el riesgo de cáncer cada día.
Si tienes alguna de estas patologías, tendrás más síntomas si no cuidas el agua que bebes cada día.
Hidratarse es vital para que nuestro cuerpo funcione correctamente, es muy importante que bebas cada día al menos 1 litro por cada 30 kg de peso corporal.
Beber lo suficiente te ayudará a resolver y prevenir innumerables problemas de salud para los que posiblemente estés tomando pastillas en este momento o tendrás que tomarlas en el futuro por no haberlo prevenido.
Te voy a dar algunos consejos para mejorar la calidad del agua que tomas, es un paso que puedes dar ahora mismo:
Si crees que no bebes lo suficiente, hay algunos trucos que puedes aplicar para beber más sin esfuerzo.
Por ejemplo, cuando sientas hambre, bebe siempre un vaso de agua primero. A veces, nuestro cerebro confunde la sed con el hambre.
Si se te quita el hambre cuando bebas agua, ya sabes que no era hambre, era sed, te habrás hidratado más y, de paso, te ahorras unas calorías.
Si quieres reducir la cantidad de cloro que consumes con el agua, prueba a dejar el agua unos minutos en el vaso o jarra antes de consumirla y, si acostumbras a llenar botellas, hazlo por las noches.
El motivo es que es por las mañanas cuando hay más concentración de químicos en el agua corriente porque es cuando se añaden en las plantas potabilizadoras.
Ya ves que con sencillos trucos puedes mejorar la calidad del agua que tomas pero lamento decirte que es insuficiente y que existe la posibilidad de tomar agua de la máxima calidad manteniendo los nutrientes necesarios para nuestro organismo pero eliminando todos los tóxicos que contiene.
El agua es un vehículo de nutrientes que debe estar libre de tóxicos para que funcione correctamente dentro de nuestro organismo.
Porque el agua tiene doble función, hidratar y nutrir.
Entonces, si beber agua sin potabilizar puede traernos problemas y beber agua potabilizada también.
¿Cuál es la solución?
Nuestra propuesta es confiar en el agua potabilizada pero preparándola para eliminar los elementos nocivos para nuestra salud como el cloro y otros muchos, es decir, necesitamos filtrar correctamente y asegurarnos de que contiene los nutrientes imprescindibles para nuestro cuerpo.
Esto sólo se consigue utilizando filtros potentes certificados, no es suficiente con un pequeño filtro en el grifo o en la jarra.
Un buen filtro pasa por varias “etapas” y finaliza con la osmosis que elimina los químicos restantes.
Además de beber agua limpia y equilibrada, es muy importante cuidar nuestra alimentación para que sea rica en antioxidantes, reduciendo los alimentos procesados y aumentando la verdura, fruta y legumbres.
De esta manera estamos acercándonos a una dieta alcalina.
Antes de continuar, es importante que conozcas el concepto de ácido frente a alcalino.
Simplificando mucho, ingerimos dos tipos de alimentos: ácidos o alcalinos.
En general, los alimentos procesados y de origen animal, son ácidos.
Las frutas y las verduras son alcalinos.
Los refrescos y el alcohol son ácidos.
Y el agua puede ser ácida o alcalina dependiendo de lo que contenga.
Nos interesa tomar alimentos alcalinos principalmente puesto que los ácidos envejecen y oxidan las células de nuestro cuerpo.
Tomar demasiados alimentos ácidos intoxican nuestro organismo, si a esto le sumamos beber poca agua, provocamos reacciones en el cuerpo para defenderse.
La más simple es la famosa retención de líquidos.
Si las células descubren que el líquido que necesitan para vivir está en mal estado o no llega en la cantidad suficiente, se hace una “piscina” alrededor para almacenar el líquido que les permita mantenerse con vida.
Muchas personas que retienen líquido no beben demasiada agua porque creen que si beben más, van a retener más líquido cuando es justo lo contrario.
Bebiendo la cantidad de agua limpia que necesita su organismo, eliminarán ese exceso de líquido y se restablecerá el correcto funcionamiento probablemente sin necesidad de medicinas.
Pero… ¿Y si conseguimos filtrar correctamente el agua y, además, la convertimos en un agua rica en antioxidantes?
Entonces tendremos la combinación perfecta.
Además de eliminar los tóxicos que entran en nuestro cuerpo al beber, estaremos ayudando a nuestro organismo a combatir los efectos del exceso de oxidación, permitiendo la regeneración correcta de nuestras células y aliviando o eliminando numerosas dolencias con las que convivimos cada día y para las que tomamos pastillas en muchas ocasiones innecesarias.
A todos nos llegarán los males pero si preparas a tu cuerpo para el combate, tendrás muchas más probabilidades de superarlos sin mayores consecuencias.
El elemento químico más simple que existe y que es capaz de resolver el exceso de oxidación de nuestro organismo es el Hidrógeno.
El Hidrógeno “atrapa” el exceso de oxígeno y convierte el resultado en agua (H2O).
Este elemento siempre lo hemos tenido ahí pero hasta hace relativamente poco tiempo no se han realizado los estudios necesarios para verificar que se puede consumir sin ningún riesgo y que es la mejor manera de conseguir “un cuerpo alcalino”.
La buena noticia es que la tecnología actual ya resuelve todo lo que estamos explicando:
Filtrar correctamente el agua, garantizar el contenido en minerales imprescindibles, osmotizar para prepararla para el tratamiento de hidrogenización e hidrogenizarla.
Para hidrogenar correctamente el agua, antes hay que hacer la osmosis que elimina los químicos tóxicos.
Existen máquinas que añaden hidrógeno pero no realizan un correcto filtrado previo por lo que están mezclando Hidrógeno con otros químicos, provocando que no tenga efecto el tratamiento del agua.
Sé que eres una persona que te preocupas por tu salud y la de tu familia, por eso estás viendo este contenido.
Espero que hayas descubierto lo que debes hacer a partir de ahora con el agua que bebes y haberte resuelto muchas dudas.
Sin embargo, quiero ofrecerte todavía algo más.
(Hasta aquí son unos 9:30 minutos)
Tenemos el objetivo de hacer llegar esta información a todos los rincones para ….
Invitación a una reunión informativa grupal o a una llamada uno a uno rellenando previamente el formulario.